jueves, noviembre 09, 2006

La Vivi, Marcelo y Rodrigo

Las bendiciones de la vida están a la vuelta de la esquina y a veces nos cuesta tanto verlas. Hace algunos meses tuve el privilegio de ser invitado a visitar la casa central del Hogar de Cristo junto a un grupo de ejecutivos de la empresa donde trabajo. Fuimos muy bien recibidos por el padre Agustín Moreira, capellán del hogar, Benito Baranda, su director social y Felipe Gross, quien dirige la operación metropolitana del hogar. Luego de recorrer un hermoso lugar donde exponen su historia, visitamos las instalaciones que están en torno al santuario del Padre Hurtado en Estación Central. Visitamos un hogar de mujeres con deficiencia mental, donde pudimos ver a un grupo de jóvenes adolescentes voluntarios, estudiantes de educación diferencial entreteniendo y haciendole cariño a la señora Rosa, una mujer en sus cincuentas con una amplia sonrisa en su rostro. Estuvimos también regaloneando a los niños del Jardín "los patroncitos", un grupo de enanos increibles de entre 3 y 6 años: los niños son niños, no importa su condición social. Estuvimos también en la sala de enfermos terminales. Un pabellon con una veintena de ancianos enfermos con menos de 60 días de pronóstico de vida. Ahi estaban, sonriendo a nuestro paso y saludos. Era un día miércoles, y un padre anciano con acento extranjero impartía misa al grupo de viejitos postrados. Luego me enteré que ese padre es un icono en el hogar de cristo, tiene cerca de 80 años (holandes o belga no recuerdo bien) se dice que fue el inventor de las mediaguas en chile. Luego fuimos a la hospedería donde los sin hogar llegan a dormir en las noches. Se les cobra $100, esto les da dignidad. Con esto ellos pueden exigir un servicio de calidad nos decía Benito. Nos muestran el "aeropuerto", un lugar de recepción intermendio donde los curaditos llegan a orearse antes de entrar a la hospedería para que no ensucien o incomoden al resto en el interior. Terminamos visitando la tumba del Padre Hurtado en el Santuario. Cuanta paz!

Ver a la gente del hogar es conmovedor. Tanto amor junto, tanta piedad, tanta pasión, pero a la vez tanto profesionalismo y organización. Se supone que soy católico por familia, a pesar de eso nunca me he llevado muy bien con la iglesia, al revés, desde joven tengo conflictos con ella. Sin embargo creo en dios, en un dios que es el mismo para todos, en un dios bueno. El hogar es obra de el, lo que vi ese día miércoles no tiene otra explicación.

Conmovido como me fui, llame a Felipe Gross semanas después, ofreci mi ayuda en familia. No siento tener la fortaleza para cuidar enfermos terminales sin embargo cuando estuve con los niños en "los patroncitos" sentí que podía ayudar con algo que si se hacer; entregarle cariño a niños que son iguales a los mios.............

Hace dos Sábados fue nuestra segunda visita al hogar Belén, una casa del hogar de cristo donde vicen 23 niños de entre 3 y 5 años que están en alguna condición social extrema, violencia, abandono, abuso. La mayoría de ellos está bajo protección de un tribunal. Fuimos con la vero y mis dos mayores, Guillermo (6) y Joaquin (3). Fuimos al cumpleaños de la Vivi (3 años), el Marcelo (4) y Rodrigo (5). Jugamos en el patio con los 20 enanos, subidos arriba de mi cabeza, sonandoles los mocos, jugando futbol, con2 o 3 colgando de la espalda, la vero corria al baño despues de un quiero pipí. Vino la mesa de cumpleaños, los cantos, la torta. Mis niños jugando con el lote sin ninguna diferencia.

Nos sentimos bendecidos. Fuimos a entregar un poco de cariño y nos volvimos más llenos de cariño.

Vamos a seguir ayudando en el Hogar. Si alguno quiere sumarse, cuéntenme. Tal vez organizados y en grupo podemos ayudar más y hacer alguna diferencia en la vida de estos niños

2 Comments:

Blogger Jorge Tobar Silva said...

Guillermo:

Yo encantado me sumo. Cuanta conmigo.

Sldos.

9:10 a. m.  
Blogger Gabriel Bunster said...

Que buen relato; me conectó con mi visita hace algunos años por invitación del colegio de mis hijos el San Ignacio a visitar el hogar. Un lugar memorable. Te felicito por tu compromiso y te imaginé con todos esos niños en tu cabeza felices celebrando sus cumpleaños.
Bravo.

8:19 p. m.  

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